lunes, 27 de enero de 2014

El culpable

Nada, que como hace mal tiempo y no nos decidimos por salir os sigo metiendo un pequeño rollo para rellenar un poco esto del blog, pero no sin antes aderezar un poco con música, especie melange.
 
 
Un viejo tema de mi viejo amigo Tom Waits, sobre un viejo coche americano que tuvo de un año de 1955 y de una marca cualquiera, su viejo ´55. Si os gusta bien, y sino también ya que os aviso, ... vais a acabar odiándole o amándole ¡¡¡
 
Bueno antes de nada, decir que tiempo atrás mi ocio , entre varias cosas que en poco han cambiado, era viajar. Viajar cuanto más y mas lejos mejor. Viajar o bien en compañía, buena a ser posible, o acompañado de mi vieja mochila en muchos casos. Viajes variados por Africa, Asia, America, Europa. Sitios poco convencionales para el turista regular, pero llenos de encanto y cierto misterio ya caducado que no pretendo descubrir ya que hace tiempo que se visitaron una y otra vez, pero de los cuales guardo buenos recuerdos y que tal vez, algún día vuelva a visitarlos.
 
Pero en esto de las cosas y la vida, de lo divino y de lo humano, como siempre hay un pero. Sí, un pero con una simple R aunque en realidad es doble R. Como siempre hay un perro. Llegó a mi casa un bicho peludo, blanco, de cuatro patas, simpático y cabron a la vez, que lo mismo me desespera con sus ansias que le agradezco su compañía, ahora cuatro años atrás.
 
Decidí hacer la vida entorno a él, e incluso a su medida siempre que entrase en la medida de lo posible, y me dí cuenta que no es fácil. El primer año nos fuimos, la jefa, mi perro y yo, a Gerona ya que queríamos visitar la zona que no conocíamos y tuvimos suerte de encontrar unos apartamentos en un complejo donde te lo permitían. Pero enseguida nos dimos cuenta que no es labor fácil ir con un perro a un hotel. Y para el siguiente año ya habíamos decidido de lo entrar en el mundo camper.
 
Por eso digo que el motivo, la culpa, o el que en verdad decidió a entrar en el mundillo del camper fue mi perro. Por cierto, a esta altura de la historia y todavía no os lo he presentado. Se llama Rubio.



Como siempre, atento a lo que ocurre al rededor y tomando asiento, "robándomelo", a la vez que te dice un ..... "ya estáis tardando".

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